Las cortinas se mecen con el viento,
golpean las maderas tercamente
contra los muros viejos.
En el jardín, donde la hierba empieza
a derramar su imperio,
en la sala de muebles enfundados,
en espejos desiertos
camina, se deliza la soledad calzada
de silencioso y blando terciopelo.
(Rosario Castellanos)
golpean las maderas tercamente
contra los muros viejos.
En el jardín, donde la hierba empieza
a derramar su imperio,
en la sala de muebles enfundados,
en espejos desiertos
camina, se deliza la soledad calzada
de silencioso y blando terciopelo.
(Rosario Castellanos)
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